Amor enlatado
Era mi día libre y me había quedado sin mercadería en la casa y como, además, no me gusta cocinar decidí comprar algo hecho y fui hasta el supermercado, era nuevo, inmenso de esos modernos, espaciosos donde se puede encontrar todo lo deseado. Tome mi carrito y recorrí las góndolas, como no encontraba el sector de productos enlatados me dirigí al sector de información, le consulte al chico que estaba en el lugar.
-: ¿Cuál de ellos prefiere?, me dijo risueño.
-: ¡Cómo cual prefiero!, busco el sector de los productos enlatados, respondí indignada.
-: Si, pero hay varios, seguramente que el que busca es el que está por ese pasillo, al fondo.
-: gracias - respondí molesta.
¡Qué maleducado! Pensé, que forma de tratar a los clientes, indignada atravesé el pasillo y por fin encontré el sector, la cantidad de latas era impresionante, casi me voy pensando que era el depósito, en eso unas mujeres me colisionan con su carrito lleno de latas y sin pedirme disculpas me dijeron, - es para el fin de semana-, ¡están todos locos! , Pensé.
que seguramente había alguna oferta, y efectivamente al dar la vuelta encontré un gran cartel, que tenía las últimas latas, sin el nombre del producto, solo decía que era bueno para el corazón y el alma, llevando dos una iba de regalo, ¡qué ingenioso!, pensé, ¡Las cosas que inventan para vender!. Bueno, ya que estaba la oferta me llevé las últimas tres. Terminé mis compras y me fui a casa. Como tenía algo de hambre decidí abrir una de las latas que había comprado, era imposible abrirla, probé con las otras dos y tampoco no había manera. Con toda la bronca acumulada volví al supermercado y ya en el sector de atención al cliente hice mi reclamo.
La chica que atendía no dejaba de hablar por teléfono, casi sin mirarme dijo;
-: ¿tiene el ticket de compra?
-: si, le respondí entregándoselo.
-: es imposible devolverle el importe, es un producto de oferta y por lo tanto no tiene devolución.
-: si, le respondí, pero ustedes deben garantizar la calidad de producto que ofrecen y este es imposible de abril -
-: la calidad está descontada, respondió y luego dijo, -: en cuanto a la forma de abrirlo, usted debe descubrirlo -.
-: ¡esto es el colmo!, No vengo nunca más a este supermercado- Respondí furiosa.
Al salir tiré las latas en el canasto. Un grupo de chicas que me estaba observando, corrieron a buscarlas.
-: ¡son tres!- Dijo una de ellas, con alegría.
Me detuve a observarlas, pese que deberían tener apetito, ¡son tan jóvenes!, Mi alma filantrópica me hizo acercar a ellas para ofrecerles ayuda.
-: Gracias, pero, no hace falta - respondió una de ellas.
-: Con estas latas tenemos la felicidad asegurada para toda la vida-, acotó otra.
-: Bueno, tampoco hay que exagerar-, respondí, - con tan poco no van a saciar el apetito-.
-: Si, no tenemos hambre- respondió una tercera
Y... otra agregó -: Estas latas ya no se consiguen son para atraer al amor, a la felicidad y solo se abren con un beso-.
Luego se fueron alegres, riendo.
¡Qué imaginación!, Se habían estado burlando, me resigne pensando que era algo típico de su edad.
Pero, por las dudas, nunca dejo de mirar las ofertas sobre todo de latas, ya que nunca se sabe donde se puede encontrar el camino del amor.
-: ¿Cuál de ellos prefiere?, me dijo risueño.
-: ¡Cómo cual prefiero!, busco el sector de los productos enlatados, respondí indignada.
-: Si, pero hay varios, seguramente que el que busca es el que está por ese pasillo, al fondo.
-: gracias - respondí molesta.
¡Qué maleducado! Pensé, que forma de tratar a los clientes, indignada atravesé el pasillo y por fin encontré el sector, la cantidad de latas era impresionante, casi me voy pensando que era el depósito, en eso unas mujeres me colisionan con su carrito lleno de latas y sin pedirme disculpas me dijeron, - es para el fin de semana-, ¡están todos locos! , Pensé.
que seguramente había alguna oferta, y efectivamente al dar la vuelta encontré un gran cartel, que tenía las últimas latas, sin el nombre del producto, solo decía que era bueno para el corazón y el alma, llevando dos una iba de regalo, ¡qué ingenioso!, pensé, ¡Las cosas que inventan para vender!. Bueno, ya que estaba la oferta me llevé las últimas tres. Terminé mis compras y me fui a casa. Como tenía algo de hambre decidí abrir una de las latas que había comprado, era imposible abrirla, probé con las otras dos y tampoco no había manera. Con toda la bronca acumulada volví al supermercado y ya en el sector de atención al cliente hice mi reclamo.
La chica que atendía no dejaba de hablar por teléfono, casi sin mirarme dijo;
-: ¿tiene el ticket de compra?
-: si, le respondí entregándoselo.
-: es imposible devolverle el importe, es un producto de oferta y por lo tanto no tiene devolución.
-: si, le respondí, pero ustedes deben garantizar la calidad de producto que ofrecen y este es imposible de abril -
-: la calidad está descontada, respondió y luego dijo, -: en cuanto a la forma de abrirlo, usted debe descubrirlo -.
-: ¡esto es el colmo!, No vengo nunca más a este supermercado- Respondí furiosa.
Al salir tiré las latas en el canasto. Un grupo de chicas que me estaba observando, corrieron a buscarlas.
-: ¡son tres!- Dijo una de ellas, con alegría.
Me detuve a observarlas, pese que deberían tener apetito, ¡son tan jóvenes!, Mi alma filantrópica me hizo acercar a ellas para ofrecerles ayuda.
-: Gracias, pero, no hace falta - respondió una de ellas.
-: Con estas latas tenemos la felicidad asegurada para toda la vida-, acotó otra.
-: Bueno, tampoco hay que exagerar-, respondí, - con tan poco no van a saciar el apetito-.
-: Si, no tenemos hambre- respondió una tercera
Y... otra agregó -: Estas latas ya no se consiguen son para atraer al amor, a la felicidad y solo se abren con un beso-.
Luego se fueron alegres, riendo.
¡Qué imaginación!, Se habían estado burlando, me resigne pensando que era algo típico de su edad.
Pero, por las dudas, nunca dejo de mirar las ofertas sobre todo de latas, ya que nunca se sabe donde se puede encontrar el camino del amor.
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