Reflexiones de inteligencia ligera
Después de los cuarenta, llego una etapa de reflexión de, cambio, tanto físico como espiritual, me volví más tranquila, más reflexiva, aprendí a adaptarme, a no decir todo lo que siento, a perdonar, a equilibrar los conceptos y a de alguna manera, también aprendí agudizar mi entendimiento.
Yo no siento que tengo que cruzar del otro lado, jamás podría yo me que quedo de mismo lado en el que estaba tratando de integrarme pero jamás de confundirme entre la gente porque siento que aún después de haber pasado muchas etapas me queda mucho por hacer y para eso debo ser yo misma y no confundirme con otras identidades.
Todavía tengo que hacer realidad muchos sueños porque aún confío en que inexorablemente se cumplirán. Me prometí a mi misma este año llegar a las metas prefijadas y presiento que lo lograré.
Espero y confío que en la gente rebrote la esperanza el cariño, la emoción y los buenos sentimientos, que piensen en el otro antes que ellos mismos, que no avalen los actos traicioneros ni a parientes ni a terceros, que no confundan bondad con flaqueza, que reconozcan los errores, que asuman las equivocaciones, que sepan pedir disculpas cuando es necesario, que no alberguen en su corazón rencores porque eso les hace mal a ellos, a su entorno y porque además ese rencor se trasmite, que nunca se queden con nada que no les pertenece, que jamás roben a un hermano ni le enseñen a sus hijos a hacerlo, que no nieguen sus propias palabras, que no sean indiferentes con los seres que le dieron la vida. Que la prepotencia, la indiferencia y mal humor no sea parte de sus vidas y por último seria bueno rescatar los sentimientos puros que tenemos escondidos y recordar gran parte de lo que hemos vivido para saber que lo que hoy somos es lo que hemos elegido.
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