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sábado, 2 de diciembre de 2006

2005 El Muchacho de la moto


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Corrían los años`80 y a los pocos días después de cumplir mis primeros 14 años nos mudamos a una casa antigua, estilo campo, muy bonita ubicada en una hermosa ciudad portuaria. Allí encontré un baúl con álbumes de fotos, discos, recortes de diario y revistas con notas de un muchacho que parecía haber sido un ídolo de la canción de los años cincuenta. Adoraba esas viejas fotos donde estaba sobre la moto, leí todo el material que hablaba sobre él, pase todas mis vacaciones leyendo y escuchando su música hasta que me convertí en fanática de su vida y su historia. Estaba fascinada con ese rostro y esa voz. Tenía que buscar más datos y material sobre el porque, según la historia, que se contaba en una vieja hoja de diario, había desaparecido. En mis ratos libres solía detenerme a tratar de resolver el dilema del muchacho de la moto y llegó a tanto mi curiosidad que por las noches era imposible conciliar el sueño. Tal historia se convirtió en mi obsesión. Miraba las fotos tratando de impregnarme infructuosamente en el espíritu de su tiempo. Leía todo lo que encontraba sobre los años cincuenta, me transforme casi en una experta en su biografía, de la que solo sabia pocos datos, ya que su vida se troncaba en un punto y entonces era imposible saber mas, solo algunos lo recordaban y no sabían demasiado, quizás sabían y no querían hablar. De cualquier manera sentía una voz interior que me invitaba a investigar, a formar parte de la historia. Creo que lo único que deseaba era comenzar mi propia historia pero, equivoque el camino al incorporarme a la historia de otros, así perdí mi propia visión de la vida.
Así, mañana de primavera desperté con el trinar de los pájaros y el sol brillando, era siempre una aventura enfrentarse a cosas nuevas. Creí que mi vieja obsesión me había abandonado, pienso que tal vez, luchaba para que eso pasara, a pesar de la contradicción que distinguía en las cosas que sucedían y tal vez, en mi misma. Estaba decidida a encontrar una salida honrada e inteligente ya que a cualquiera que le hubiese contado algo al respecto hubiese pensado que era demencial. Por tal motivo no hablaría de ello con extraños ni con mi propia familia era mi secreto y no quería compartirlo. Tampoco incurriría en frases de soltura inconsciente, auque aún había en mi deseos errantes. Decidí desacreditar a mi intelecto y desechar una realidad inimaginable. Pasó el tiempo y en mi mente surgió la protesta a la doctrina implantada, los antiguos pensamientos e imágenes volvían a través de los sueños, un deseo inconsciente me empujaba hacia ellos, atormentándome. Sin embargo, no me detendría a elaborar una respuesta sino que trataría de refugiarme en otros intereses, no comprendía que aquella obsesión estaba arraigada en mí y por lo tanto jamás me abandonaría. Quizás esa especie de guerra innecesaria estuviera destinada, mediante una aparente obsesión, a liberar mis deseos inconscientes, auque no hacían mis principios claros y posibilidades tendientes a evaluarlas, mi idealismo impedía desenmarañar los hechos y dilucidar las consecuencias futuras que aquello podía acarrear. Debía reflexionar al respecto, ser coherente conmigo misma para poder aceptarla o rechazarla de lo contrario viviría acongojada.
También me preguntaba si la mayoría de la gente estaba acertada en su accionar, tal vez, nunca llegaría a saberlo. Mi mente recorría caminos imposibles, con encantos ocultos e indescifrables.
Seguía transcurriendo el tiempo y el calor sofocaba los pensamientos más coherentes. Una tarde salí a caminar por el campo, ya que el día se prestaba para despejar la mente. Camine hasta el viejo molino y me senté a la sombra del árbol, junto al estanque impregnada de la belleza y tranquilidad del lugar me recosté observándolo y debo haberme quedado dormida porque, de pronto, el ruido de un motor me sobresalto e hizo abrir mis ojos a una realidad distinta, un muchacho me sonreía desde una moto.
No podía reaccionar, sin embargo, no estaba asustada. Era el muchacho, aquel de mis sueños. Estaba, como siempre, sobre su moto negra, con su campera de cuero, botas y su casco negro. No mediría más de un metro setenta y cinco. Cerré los ojos y al abrirlos su imagen había desaparecido. Si saber si había sido un sueño o un deseo inconsciente, me incorpore, corrí hacia la casa. Al anochecer un impulso irrefrenable me forzó a mirar hacia el estanque, subí a mi cuarto y con la luz apagada corrí las cortinas de la ventana que daba al estanque y mire con atención pero no vi nada, respire aliviada. Dormí o no lo hice, en realidad creo que dormí de a ratos, la imagen de aquel muchacho me seguía atormentando en sueños.
Pasaban los años y en una noche, como tantas otras, cuando el otoño abre sus brazos para cobijarnos bajo su rutina insaciable, esas que también hacen que las hojas secas invadan las calles por las mañanas para que luego el viento las espante por sus noches. Luego llegó el invierno, con el insensible viento a cuestas, y las lluvias interminables. Y al fin llegaron las vacaciones y con ellas la holgazanería que implica el permanecer adentro de la casa la mayor parte del día. Ya había pasado mucho tiempo pero, aun no olvidaba lo que había sucedido aquella tarde junto al estanque. Muy a mi pesar decidí no ir sola hasta el estanque ni a caminar por el campo, no obstante desde mi habitación siempre lo observaba. De este modo el tiempo siguió su curso y así llego la primavera, con sus aires suaves y su invitación a soñar. Y fue en una tarde así cuando termine mis estudios secundarios durante los cuales entusiasme a cuantos quisieran escucharme, todas mis compañeras de colegio sabían de mi idolatría por Luís y por mi culto a su memoria, logre entusiasmar a varias de ellas para formar un fans club así, obtuvimos material de otras personas que lo habían conocido en su tiempo, por supuesto que aquellos ya eran padres o abuelos pero igual nos dejaban sus anécdotas. Algunos nos enviaron filmaciones en blanco y negro, por supuesto, otros fotos inéditas. Así fuimos reuniendo el material. Cuando terminamos el colegio secundario ya teníamos mucho material pero, lo que aun seguía siendo un misterio era su desaparición. Luego de aquella experiencia, seguíamos en contacto con los fans, nos reuníamos una vez por mes. Seguí con mi vida, y el día que me fui a inscribir a la facultad, decidida a estudiar periodismo, ya que quería averiguar la historia completa de Luis y para eso debía conocer técnicas en las cuales basar mis investigaciones y así poder fundamentarlas.
Estaba llenando la solicitud para la inscripción en la Facultad, cuando la voz de un hombre me preguntó:
- ¿Dónde se retiran las solicitudes? -
Sin mirar, le señale el lugar.
El respondió con un - gracias -, luego, escuche el sonido de sus pasos al marcharse a la un escalofrió recorrió mi cuerpo, miré pero ya no estaba. Recordé que era la misma voz del muchacho de la moto. Examine en el aula pero, no lo vi, entonces al salir noté que alguien estaba en la puerta, vestido de negro y se colocaba el casco. Transité rápidamente el espacio del patio hasta la puerta y cuando llegué la moto se iba, no obstante grito:
- Te espero en el estanque, en las vacaciones de invierno -.
Otra vez lo mismo luego de mucho tiempo. Pero, lo extraño era que después de tanto tiempo transcurrido el muchacho conservaba la misma apariencia joven.
Dicen que el tiempo todo lo cura, lo diluye, lo destruye, lo acrecienta o lo confunde y que no tenemos control sobre lo que nos acontece sino toda nuestra vida sería más sencilla.
Sin embargo, yo, como cada uno de nosotros, tengo y tenía mi propio enfoque de la vida, pensaba que el ser afortunado no era tener suerte sino hacer realidad las cosas imposibles pero, luchando. Por eso en el fondo seguía siendo una idealista. En las vacaciones de verano volví al campo con mi ilusión y obsesión a cuestas. Aquello me obligaba a pensar que algo en mi mente estaba fallando o que era un ser del mas allá. Por el bien de mi mente tenia que enfrentarme con el problema y resolverlo. Debería hacerlo este verano. Dicen que entre ilusiones y pasiones la brecha puede variar según con la sensibilidad que el ser humano las viva o las enfrente .
Comentan que la rebeldía nace de aquél que se opone a lo formal y a veces hasta lo concreto, porque lo considera inverosímil, esos que lo comentan son los mismos que trazan las pautas de vidas y costumbres para que los otros la cumplan mientras ellos las ignoran. La rebeldía no se basa en creencias ni razonamientos pero, alimenta a la superstición y se deja influenciar por la imaginación de los egocéntricos que la profesan para sí mismos.
A veces, las cosas no son exactamente lo que parecen ser, como no lo era el muchacho de la moto cuya imagen todavía no podía apartar de mi vida. Pero todo continuaba siendo muy extraño, ya era algo habitual ver las filmaciones en TV, sus discos reeditados, sus fotos, todo se podía conseguir sobre él, pero aún no estaba resuelto el tema de su desaparición, al menos del medio artístico. Muchos se preguntaban si aún estaba vivo y yo también lo hacia pero, como podía creerlo, era demasiado raro pero quizás podía encontrar alguna pista que diera con alguien que lo conociera o lo hubiese conocido.
Ahora ya graduada pensaba resolver el misterio, al menos creí que podía lograrlo pero todos los caminos se cerraban siempre en el mismo lugar de los hechos. Era algo inverosímil ya que una persona no puede desaparecer porque si, no se puede esfumar en el aire, ni en el tiempo y para hacerlo o hacerle creer a los demás que lo logro tenían que haberlo ayudado otras persona y lógicamente formarían parte de las que aun lo encubrían, en el hipotético caso que aun estuviesen vivos.
La verdad, veces esta prohibida, pero, si lo esta hay que buscar el camino para interpretarla, todo depende de los intereses que están en juego para revelarla o para atesorarla.
Una mañana suena el teléfono en casa y la mujer llamada clara dijo ser de una agencia y me explico que debíamos encontrarnos aquella misma tarde en lo de un abogado. Le pedí a mi hermana Norma que me acompañara porque me resultaba sospechosamente extraño. Llegamos al estudio en el piso 11 de un viejo edificio del centro de la ciudad, nos recibió la secretaria, nos invito a sentarnos en un sillón de terciopelo verde ya que aún el abogado no llegaba porque, según dijo, se había retrasado debido al transito. Luego de unos minutos llega la señora de la agencia. Nos quedamos charlando y media hora más tarde la secretaria nos llamo diciendo:
- Adelante, pasen el Dr. las recibirá ahora – abriendo la puerta del bufete.
Pasamos y un hombre, de traje acerado, nos recibió sonriente extendiendo su mano para saludarnos. Tendría unos 50 años y era de aspecto elegante con muy buenos modales.
- Por favor, tomen asiento -, nos sugirió señalando las sillas frente a su escritorio. Estábamos desconcertadas. El abogado se dirigió directamente a mí y con voz firme pero, pausada dijo:
Aquí en mis manos tengo la investigación que realizo la señora Clara, realizo para UD. a los fines de recolectar información sobre un cantante de los años 50, si UD. me permite paso a leerle los detalles de tal investigación los cuales se hallan minuciosamente detallados en esta carpeta -.
- Como no - respondí.- pero, no entendía nada. Si era información sobre Luis no la iba a rechazar
Bueno - dijo abriendo la carpeta. Comenzó leyendo la fecha y continuo con detalles de la vida de Luis que yo ya sabia, preste atención cuando se detuvo en un párrafo que decía: En mi investigación pude constatar que el muchacho buscado, hoy un hombre, cuyo nombre es Luis Tridarte, tiene 70 años y vive actualmente en su pueblo natal al oeste de este país llamado Zulonne, dicho lugar es habitado actualmente por gente mayor arraigados a viejas tradiciones. Dicho hombre vive solo en la casa familiar, nunca se caso y no tuvo hijos. Pero, lo extraño resulta ser que aún sigue cantando en su pueblo y hasta hay un museo que recuerda su corto paso por el espectáculo. Allí en ese lugar es un ídolo y siempre lo fue. Su desaparición física solo fue para la prensa, para crea un mito, un ídolo que perdurar joven a través del tiempo.
- Pero, no entiendo - interrumpí
- ya entenderá - respondió y luego continúo:
- UD. al interesarse por el muchacho hizo que el deseo de resurgir como cantante reflotara en él, y sin saberlo colaboro a relanzar su carrera a la fama así se consiguieron lanzar nuevamente sus grabaciones, fotos y todo el aparato de merchandancin que esto supone e implica para las compañías que intervinieron y para el mismo Luis. Así volvió a su sueño de juventud, sintiéndose nuevamente ídolo. Todo esto ocurrió a partir del día que UD comenzó a entusiasmar a sus compañeras con Luis, alguien del pueblo que estaba en dicha escuela le comento esto a Luis y de esta manera se planeo la estrategia para reflotar al ídolo del arcón de los recuerdos. Así, contrato jóvenes año tras año para que se le aparecieran en los lugares en los cuales UD. Estaba y para saber cuales eran esos lugares la hacia seguir por un investigador privado. Los jóvenes deberían lucir tal cual él vestía en esos años, montar motocicletas de los años 50 y siempre deberían llevar casco para que no se pudiese reconocer su cara. La idea, consistía, aparentemente, en crear en UD., una dependencia absoluta hacia el para que no lo olvidara y en consecuencia tampoco lo harían quienes la rodeaban. Y tal cual lo planeo sucedió. En cuanto a las desapariciones o apariciones ante sus ojos hay dos teorías: La primera consiste en afirmar que puede ser un fenómeno psicológico creado por la dependencia a las que he hecho referencia, debido a que la mente retiene las imágenes que desea conservar grabadas y luego las proyecta hacia el exterior creando de esta manera una la ilusión de que esa persona esta allí, pero, como tal fenómeno dura apenas unos segundos, la imagen que creemos ver se diluye ante nuestros ojos debido justamente a que no es real por lo tanto nuestra mente no la puede proyectar por mucho tiempo. La segunda teoría dice que dichas apariciones y desapariciones podían deberse a un acto de magia, ilusionismo seria la palabra que define una realidad que no es tal pero, que al verlo no dudamos que lo es auque nuestro cerebro en el fondo sabe que no es posible distinguir lo que estamos viendo. Pero, para demandar a Luis por dichas acciones primero deberíamos probarlas, cosa que es imposible porque nadie quiere hablar y el que lo hace no tiene pruebas para probar dichas acciones.
- No se que decir - dije confundida por lo que estaba escuchando.
- Pero, aún hay más – dijo el abogado. Mi hermana me miraba sorprendida.
- ¡Mas! - dije sin poder créelo.
- Este Sr. ha trastornado toda mi vida y aún hay más, no lo puedo creer -, dije indignada.
- No se preocupe, creo que lo que voy a decirle, al menos la hará sentir mejor – dijo tranquilamente. La Sra. Ana Maria Armendi, le ha dejado su propiedad de modo que ya no tendrá que preocuparse por la deuda que tenían sus padres sobre ella.
- No entiendo de que me habla, yo no conozco a esa Sra. y ¿qué tiene que ver ella con la deuda de mi casa? y ¿cómo se entero UD de ello?
- Bueno, vayamos por partes, a la Sra. Ana Maria UD. la conoció a través del Chat, intercambió e-mail durante varios meses, hablando sobre Luis, tiempo en el cual ella la consideró su amiga, ella no sabia quien era UD. hasta el día que sabiendo que lo supo por casualidad y luego su estado se agravo y entonces quiso dejarle a UD sus pertenencias. Su casa perteneció a la Sra. Ana Maria durante años, más tarde ella se la vendió a sus padres por eso estaban sus recuerdos y los de Luis en el baúl del altillo. Lo que sucedió luego, fue que ella cambio su nombre para que Luis no la pudiera hallar ya que según sus propias palabras él la seguía persiguiendo hasta el día en que desaprecio a partir de ese día la tristeza se apodera de su alma y finalmente contrae esta enfermedad del corazón que la llegaría a la muerte. Luego el abogado me hizo firmar algunos papeles y me entrego los que me pertenecían, salimos agotadas y extrañadas. Luego que todo paso me seguía sintiendo rara, algo no estaba bien, no encajaba en la historia.
Creo la ventaja que supone ser una persona intriga, a veces no es tal, en otras ocasiones abre nuevas puertas a otros horizontes desde una distinta perspectiva del mismo problema que resuelto, no resulta ser tan arduo, ni difícil de entender. Y eso me paso con Ana Maria, ya que aún no podía entender algunos aspectos pero, ya no quería averiguar mas de aquello solo quería creer que había tenido el placer de ser amiga de una mujer que me había elegido para que yo fuese su amiga solo por hecho de que yo había aceptado ser una admiradora mas de Luis, auque por otra parte, no podía entender si me había tendido una trampa para que yo pudiese de alguna manera encontrar a Luis y contarle sobre ella y sobre su sufrimiento por el. En un primer momento pensé en dejar todo así pero, luego al pasar el tiempo decidí terminar la historia y para hacerlo debía conocer a Luis auque para ello debiera viajar al pueblo y enfrentarme con él.
El choque con la realidad supuse que lo hallaría al encontrarme con el, con Luis, era el camino que debía seguir, todo lo sucedido me había conmovido profundamente no sabía que lugar ocupaba en el mundo.
Pensé que auque Luis fuese un ser vano y vanidoso debería conocerlo ya que había formado parte de toda mi vida. Pensé que seria mejor ir en tren para poder apreciar el paisaje y disfrutarlo sin la tensión que implica el manejar, el estar atenta al camino durante tan largo y agotador trayecto. Una mañana de primavera descendí del tren, y pise ese suelo que me conduciría a el. Llevaba conmigo una parte del material que Ana Maria había atesorado en su baúl .El pueblo era un lugar muy agradable, todo estaba prolijamente ordenado. Se destacaba la iglesia, el edificio mas alto, frente a la plaza principal en cuyo monumento no había una estatua ecuestre de un héroe nacional, aquí el personaje era Luis montado en una moto igual a la de la foto. Entonces daba por seguro que me indicaría la forma de llegar a su casa y así fue, me indicaron que debía seguir dos cuadras por el camino de tierra y a la derecha encontraría el chalet.
Casi estaba llegando ya podía ver el viejo chalet, al llegar lo primero que se veía era un parque con árboles frondosos y hermosas flores.
Un hombre estaba de espaldas a la calle, arreglando el jardín. No podía ver su rostro porque estaba oculto bajo un gran sobrero de paja.
- Buenas tardes -, dije algo nerviosa pero intrigada y luego continué;
- Por favor, podría informarme si el señor Luis se encuentra en la casa, necesito hablar con el–dije.
- Quién lo busca - contesto sin mirar y siguió trabajando.
No podía ver aún su rostro pero, supuse que debía ser Luis.
- Le traigo noticias de la señora Ana Maria –
Entonces sé incorporó y con bronca se saco el sombrero y se acerco para mirarme fijamente, reconocí esos ojos eran los de Luis. Por fin después de tantos años lo tenía ante mí. Tenía el cabello cano, surcos del tiempo en su cara y varios kilos de más que daban aspecto pesado a su figura.
- ¿Quién es UD.?, Dijo en tono nada amigable.
- No me conoce. Yo...
- No, no lo creo UD no es del pueblo, además nunca la he visto.
- Soy Alejandra
–Ha si,... ya recuerdo, es periodista. Yo no doy notas ni permito que me saquen fotos-.
-No he venido a eso auque podríamos llegar a un acuerdo, ya que pensándolo bien seria una noticia exclusiva.
- Ya le dije que no doy notas, la atendí porque dijo que venia de parte de Ana Maria pero, si no es así no tenemos nada de que hablar, adiós- . Dijo yéndose nuevamente al jardín.
-No, grite, por favor espere, le traigo esta carpeta que es parte de la colección de cosas que tenia Ana Maria, además de algo de mi propia colección.
Entonces me miro y volvió me quedo mirando unos instantes apoyando su cuerpo sobre el tronco del árbol centenario.
- Ahora si la reconozco, además de ser periodista UD es la chica que creo el club de admiradoras y que impulso nuevamente mi carrera.
– Exacto – dije aliviada.
- Le pido mil disculpas, creí que era una persona enviada por Ana Maria, ella suele hacer estas cosas.
–¿UD no sabe lo que le sucedió?
-¿Que?- Dijo intrigado.
- Ella murió hace ya unos meses, estaba muy enferma –
- No..., no lo sabia – dijo acongojado y luego agrego:
- lo siento mucho –
-Yo también a pesar de que no logre conocerla personalmente -.
- pero, entonces, no la entiendo –
- Es una historia larga de contar, ya que abarca toda mi vida –
Me miro otra vez, luego abrió el portillito de madera blanca, me señalo una mesa con sillones debajo de las plantas y luego dijo:
- siéntese ya vuelvo, voy a buscar algo para tomar, hace mucho calor- camino rumbo a la casa con el rastillo y el sombrero a cuestas los dejo fuera de la casa y luego entro, tardo largo rato en volver. Al cabo de un rato regreso, luciendo una ropa más prolija, holgada y clara. Traía una bandeja una jarra de limonada dos vasos y un plato con galletitas, apoyo todo sobre la mesa, sirvió la bebida y se sentó en el sillón vació, junto al mío. Yo, aún, no podía creer que estaba en su casa y sentada a su lado, viendo su rostro, escuchando su voz. Podía observar de cerca sus inmensos ojos azules, que aún desgastados por el tiempo, conservaban un encanto particular. Encendió un cigarrillo y miró por unos instantes el horizonte, creo que trataba de recordar su vida pasada, finalmente dijo:
- Sinceramente todo lo que se contó de mi hasta ahora es solo una parte de la historia, por supuesto puede dudar de mi palabra, pero es mi vida y solo pocas personas la conocen, lo que le voy a contar si lo desea pude publicarlo ya que paso mucho tiempo y los verdaderos protagonistas de la historia, con excepción de mi, lógicamente, ya no están.
-Comencé a los 17 años en la música, era un soñador y me sentía que tenía la vida entera para ser feliz. Éramos un grupo de muchachos de barrio que actuábamos en clubes de mala muerte, a veces solo nos pagaban con unos sándwiches y otras nada. Lo que siempre llamaba nuestra atención era que una mujer muy bella pero algo mayor que nosotros, siempre aparecía en todos nuestros shows pero, nunca se había acercado a hablarnos. Un día actuando en uno de esos lugares, recibimos la invitación de un productor para asistir a una entrevista y una prueba para un programa de TV.
Nosotros no lo podíamos creer, pero de todas maneras teníamos en claro que en ese sueño habíamos puesto todas nuestras esperanzas. Así llegamos a la televisión y la extraña mujer que lo era, tanto por su belleza, como por su edad nos seguí en todas las presentaciones. El ver a una mujer que continuamente estaba en las primeras filas y sentir que era una de las más entusiastas nos halagaba profundamente luego pensé que era parte de la promoción del grupo pero tiempo después me di cuenta que no lo era. Esta mujer era Ana María y era la hija del empresario que nos contrato yo no lo supe hasta que ella lo dijo. Yo en un principio me entusiasme con ella pero, Era 10 años mayor que yo y ese no era el único inconveniente, me acosaba continuamente, me celaba, hasta que un día el padre nos descubrió. En ese ínterin mi padre enfermo y yo no tenía dinero había que internarlo y entonces hice un trato con el padre de ella aceptando que nos veríamos más y el a cambio me daría el dinero pero con otra condición que abandonara por completo mi carrera dejándola en el misterio. Yo tuve que aceptar, que opciones tenia, así me refugié en este pueblo dónde todos me conocen de una manera local, se podría decir.
El seguía hablando y yo me preguntaba quién de los dos era el dueño de la verdad,¿ Ana María o el?, no pude saberlo.
Luego de una hora, lo salude y me acompaño hasta el portillo y se apoyo en el árbol de la calle mirando el horizonte finalmente sonrió, encendió un cigarrillo y siguió mirando el horizonte, ¡quién sabe por donde estaría su mente!.
Camine hacia la estación sin darme vuelta, quería recordarlo así, en el camino de regreso hice un balance de toda mi vida y decidí hacer algunos cambios y pensar en mi.
Finalmente me sentí en libertad y comprendí que, sin darme cuenta la había alcanzado y me sentí bien al el ser libre de una historia que no me pertenecía y de la que luche para formar parte invadida por un idealismo ingenuo e inverosímil. En un intento por borrar mi pasado decidí quemar todas las cosas de Luis, así arrastre el baúl al fondo de la casa y le prendí fuego, mientras el fuego ardía las llamas lo consumían, no me sentía triste sino libre, observaba como desaparecía todo ante mi vista pero, una imagen quedo y quedará para siempre en mi retina y en memoria, la foto del muchacho de la moto ardiendo en el fuego.
Más años pasaron y un día, a principios del verano, leyendo el diario mi vista se poso en un pequeño recuadro, a la derecha de la pagina principal del domingo cuyo titular era: Ídolo de la canción de los años cincuenta muere en su pueblo natal, a los 95 años de edad, todo un pueblo lo llora” y continuaba con mas detalles de su vida, mas abajo había una pequeña foto, la foto del muchacho de la moto. Aquel día yo también llore.
Dicen que la mente trascendental de un idealista pertenece a alguien puro, lo que significa un ser carente de vida terrenal porque es un ser que tan solo vive en sus obras, obras que crea o recrea con la vida o cosas de otros seres y en los tiempos de las fábulas asombrosas que su mente es capaz de idear y mantener coherentemente.
Fin




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